martes, 27 de julio de 2010

Abriendo Brechas: La expedición creativa de Rodrigo Jarque

Saltar desde el risco la experimentación musical, para luego caer en la más profunda introspección es sólo un capítulo más entre las aventuras creativas de Rodrigo Jarque. A sus 33 años, ha concebido el oficio de musicalizar historias, hacerlas propias y regalarlas al mundo. Como multifacético compositor y miembro de la banda Inverness, Rodrigo crece para ser, sin querer, uno de los personajes más nombrados de la escena emergente en Chile. Formando parte de un sector que quiere romper con las oligarquías radiales y mediáticas, para dejar que pasen ideas y los sonidos frescos de las nuevas generaciones. De esta cruzada sonora, además de algunos sueños varios, Jarque cuenta su cuento.

La voz de Rodrigo tiene dos discos en su historial, el primero sombrío y solitario, el segundo lleno de luz y compañía. Pareciera a veces que su línea musical y creativa va de la mano con los incidentes que trae la vida. Su historia parece evocar por sí misma imágenes y contrastes.

Sus primeros pasos los dio en Alemania, desde donde llegó a los 10 años. Con una instrucción musical coral y el entretenido oficio de contar historias a través de instrumentos. Este acercamiento artístico no resurgiría hasta los 14 años, donde cambió las historietas por la guitarra acústica. Instrumento con el cual pasó del odio al amor, dándose cuenta que no sólo se podía tocar la zarzuela de “El Cóndor Pasa”, sino también a los Rolling Stones y su legendario “Satisfaction”.

Ya fuera de toda vida escolar, Rodrigo se vio inmerso en los estudios de lengua y literatura inglesa en la Universidad Católica, donde su interés musical lo llevó a formar Zabala, una banda de rock experimental a la que hoy agradece mucho.

“Alcanzamos a lanzar un disco y me sirvió mucho, porque aprendí como sacar sonidos distintos con mi guitarra. No teníamos voz y era demasiado alternativo, por eso, lamentablemente no teníamos como encajar en el circuito de ese tiempo. Estuvimos 3 o 4 años así, luego todos los músicos se comenzaron a ir del país”, cuenta Rodrigo.

Luego de Zabala, Jarque comenzó a trabajar en la musicalización de obras de teatro, donde paralelamente, se empezó a gestar su primer trabajo solista, Monstruos Bajo La Cama (2005).

La Sombra

¿Cómo salieron los monstruos bajo la cama?

-En ese tiempo estaba haciendo música para una obra de teatro experimental, con actores ciegos. Luego me topé con el cineasta Matías Bize, y me contó que estaba haciendo una película, que era su primer trabajo: “En la cama”. Después me hizo llegar por escrito el argumento y con esa idea empecé a hacer música. Pero empezó a elaborarse mucho, y tenía estructuras tipo canción, con espíritu propio. Con todo este trabajo bien adelantado, me puse un día a hacerle letras, que al final no tenían nada que ver con la película. Entonces lo escuché y me di cuenta que podía ser un disco.

¿Qué pasó entonces?

-Llamé a Matías y le dije: “me bajo del proyecto, porque tengo un disco entre manos.” Luego empecé a trabajar en los arreglos, resultando un conjunto de canciones que terminaron siendo pasajes súper instrumentales y oscuras. Bien asfixiante.

¿Tenía que ver con el carácter cinematográfico de la música?

-Sí, pero es bien personal. O sea, pasó de ser un proyecto de música incidental a algo de introspección. Cuando chico escribía hartos cuentos y siempre estoy tratando de encontrar el balance. Trato que se cree un crossover con la música y las letras. En este caso, todo apuntó a ser oscuro.

¿Fue una época complicada?

-Estaba súper mal sentimentalmente. Sin trabajo y además me había ido de la casa de mis viejos. Tenía 25 años y vivía en un taller. Comía tallarines y me los calentaba en un anafre, al final se sobrecalentaban y no hervían, entonces terminaba comiendo una pasta. Fue terrible, y las letras eran así, eran bastantes espantosas. Fue un disco bien personal, con un proceso de grabación muy íntimo.

¿Sacaste cosas en limpio de todas formas?

-Aprendí un montón de cosas. Tenía sentimientos que había que vomitar. Para eso me ayudó el disco. Al final en la mezcla quise que apenas se escuchara la voz, que tuviese esa onda horrible. Pero igual hay gente que hoy lo escucha y lo encuentra bonito.

La Luz

¿Qué es lo que te hace más feliz a través de la música?

-Primero: lo que más me gusta es compartir con mis amigos de Inverness. Segundo: siempre me ha llamado mucho la atención y me interesa el proceso de la canción. De que, desde una idea súper básica, se genere algo con lo que la gente sienta algo. Cuando alguien me dice “oye escuché esta canción y la letra me toca muy fuerte”, con eso cobra todo sentido.

¿Y tocar en vivo?

-Es estar arriba del escenario comunicándote en otro lenguaje. Es bien inexplicable.

Hoy Rodrigo forma parte de Inverness. En un intento por realizar en vivo los sueños de su primer disco se unió a Ángelo Agurto en bajo, Washington Abrigo en guitarra y Rodrigo Soto en batería. Con ellos crea desde el 2007 y ya atesoran su primer trabajo, lanzado el año pasado bajo el nombre de “Illuminaciones”. Esto se suma a una nueva travesía de 12 canciones, que pretenden salir durante los próximos meses a la luz.

¿Cómo fue el proceso de tocar solo a integrarte con Inverness?

-Fue muy necesario. Pues con los años me he dado cuenta que necesito el feedback de otros músicos. Sirvo más dentro de una banda. En Inverness son músicos muy buenos y todos de distintas vertientes. Siento que soy mejor músico en contacto con otras personas.

¿Cómo se proyectan a futuro?

-Queremos que nuestro próximo disco suene increíble. Para así abrir espacios a través de la calidad y cumplir nuestro máximo sueño: crear un nuevo sonido de la música chilena. Tipos de canciones que nadie esté proponiendo en este momento, para así unirnos a gente que proyecte cosas parecidas.

¿Pretenden encausar un nuevo estilo?

-En realidad no, porque igual siempre las influencias están, de cosas ya hechas. Pero lo que queremos es abrir brechas, para que entren otros grupos, que suenen en las radios haciendo música que no sea convencional. O sea tampoco pensamos que es nuestra misión, puede que lo hagan otras bandas, pero queremos ser punta de lanza para que vengan otros sonidos.

La Verdad

¿Qué cosas te molestan de la escena nacional?

-Me cargan los conglomerados de las radios. Ellos te dicen lo que hay que escuchar. Escuchamos rancheras como 3 años en Chile, ahora es el reggaetón. También me molestan los músicos, quieren todo muy fácil y caen en actitudes de mal gusto. Hay poco compromiso con hacer música desde dentro del músico chileno. Se preocupan más por ver lo que se está escuchando ahora, por comprar los últimos instrumentos y el carrete. Pero hay poca propuesta.

¿Sientes que le falta ser más genuino al músico chileno?

-Son demasiado engrupidos los músicos chilenos, en general. Los saludas hoy y los encuentras después y no se dan ni vuelta. Humanamente es lamentable. Hay excepciones, pero falta más humildad.

¿Y los medios?

-Se manejan bien, pero yo sé que jamás un artista nuevo y bueno va a tener una portada de la Rolling Stone. A no ser que se genere el cambio, y ya no sea sólo Los Tres o Lucybell el foco de atención de los medios.

¿Tú quieres romper con eso?

-Es el sueño dorado.

¿Pero si te comenzaras a transformar en eso, en alguien tan famoso como Los Tres?

-Yo creo que hay que estar súper lúcido todo el rato. Por ejemplo con Inverness ahora vamos a salir en la banda sonora de la película “La Vida de los Peces”, y con eso va a llegar a mucha más gente. Yo no sé qué va a pasar con eso, pero tengo confianza en que no se va a banalizar.

Rolando Inostroza

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