miércoles, 22 de septiembre de 2010

Adanowsky - Amador

(EMI, 2010)

Tipos como Adanowsky no sobran precisamente. Mutantes románticos y apasionados, camaleones de la prosa y la actitud como los de antaño parecen emerger desde el espíritu de este hombre, quien luego de ser una “estrella eterna” y un “ídolo” hoy se convierte en “Amador”, personaje que da nombre al disco. Un giro en 360 grados, impulsado por Rob, tecladista de Phoenix y Noah Georgeson, guitarrista y productor de Devendra Banhart, Little Joy y Adam Green. Amador deja atrás el humor de cabaret y da paso a las baladas. Parte de una escena teatral que parece ser la caída y final de todo astro, en la soledad, buscando la compañía. Líricas directas y llenas de melancolía que hablan en español, francés e inglés, donde el premio mayor se lo lleva ‘Déjame Llorar’, exquisita y triste hasta la última nota del piano. Un notable cierre para la trilogía del multifacético Adán.

Rolando Inostroza

www.myspace.com/adanowsky

sábado, 18 de septiembre de 2010

Fol Chen: puzzle mutante

El proyecto dirigido por Samuel Bing, guitarrista de Liars, tiene mucho de incógnito y de esquizofrénico: pop electrónico y sintetizado, experimentos con instrumentos orgánicos y digitales. Un trabajo radicado en Los Ángeles, armado con una tropa de personajes que van y vienen. Como si de un puzzle se tratara. El anonimato también es parte importante del concepto de esta banda, cuyos integrantes ocultan sus rostros en cada sesión fotográfica, apelando a la importancia de la música por sobre quienes la ejecutan. Con esta convicción -y enmascarados- se presentaron en la última edición del SXSW, con excelente recibimiento. En su historial figuran dos álbumes oficiales, firmados por Asthmatic Kitty, la disquera co-fundada por Sufjan Stevens: Part I: John Shade, Your Fortune’s Made (2009) y Part II: The New December (2010). Ambos apuestan por la sencillez y la capacidad de crear canciones pop plásticas, con capas de voces y una inquietante mezcla de sonidos que no dan tregua a un beat que muta tema tras tema. Base y argumento suficiente para no quejarse. Diversión garantizada.

Rolando Inostroza

Suena como: Lo-Fi-Fnk, Neon Indian, Architecture in Helsinki

Cotton Jones: cálidos emigrantes

El sonido de Cotton Jones habla de transición: del paso de una forma, de un estado mental, estilo o lugar a otro. Canciones que se convierten en portales hacia el pasado y ventanas a un incierto futuro. Luego de desaparecer Page Frace, Michael Nau abrió una nueva etapa y -con la compañía de Whitney McGraw- elaboró un sensible proyecto. Tras varios EPs desde el 2007, bajo el nombre de The Cotton Jones Basket Ride, logran oficializar junto al sello Suicide Squeeze (Minus The Bear, The Coathangers, The Unicorns, Modest Mouse). Llevan dos elepés en esta nueva casa, Paranoid Cocoon (2009) y Tall Hours in the Glowstream (2010). Es, precisamente, este último trabajo el que habla de partir hacia emociones nuevas. Una ruta que ambos cruzaron desde el centro de Cumberland, en Maryland, dejando fantasmas atrás, como el viejo ruido mundano. Un éxodo que los llevó hasta Georgia para componer. A través de sus temas, evocan recuerdos de su antiguo pueblo, lugar donde, según ellos mismos, “las fábricas y los pájaros cantan las mismas canciones”. Una pequeña caricia de lo-fi y folk sincero, lleno de reverb y espacios para pensar y dejar que las mañanas se levanten junto a bellos rasgueos de guitarra.

Rolando Inostroza

Suena como: Page France, The Broadway Hush, Papercuts

www.myspace.com/thecottonjonesbasketride

domingo, 12 de septiembre de 2010

Triángulo de Amor Bizarro: beatificando el ruido

Definitivamente este ha sido un gran año para los gallegos de Triángulo de Amor Bizarro. Tal como el nombre de su elogiada placa Año Santo (2010, Mushroom Pillow), coincidencia o no, este fin de década cierra y abre un ciclo a enormes expectativas para ellos, como si hubiesen sido bendecidos. Es la “fortuna” del trabajo duro, en nombre de una agrupación que renueva sonidos clásicos de Jesus and Mary Chain y My Bloody Valentine, pero elevando los decibeles a un punk fuzzeado lleno de energía y fineza verbal. Con palabras surrealistas y sonidos erizantes han enriquecido la escena del rock independiente ibérico, llevando su éxito hasta varios rincones del planeta.

Sus invitaciones previas fueron Triángulo de Amor Bizarro y El hombre del siglo V (ambas del 2007 y bajo el sello Mushroom Pillow). La banda centró sus primeros temas en un sonido sencillo pero encantador, mezclando shoegaze y hardcore de forma muy natural, con sabor a banda local, pero con reflejos de diamante en bruto. Estas placas significaron el flechazo para su sello, quienes además tienen a Polock y Delorean entre sus filas.

Primero fueron un trío y ahora son cuarteto, el añadido de la guitarra de Óscar Vilariño forma parte importante del sonido actual del grupo, que a través de esta opción no escatima en noise melódico, con guitarras que se alternan de forma genial en vivo. Parte de esto los ha relajado, pues en sus primeras grabaciones, a pesar de haber utilizado 2 guitarras, su line up siempre fue trío (Isabel Cea en el bajo y la voz, Rodrigo Caamaño en guitarra y voz y Julián Ulpiano en la batería), obligando a una forzada interpretación de las cuerdas. Es ahora con Año Santo que la puesta en escena brilla mucho más, al hacer uso de la comodidad sonora que entregan las 2 guitarras. A esto se suma la solidez del bajo, que rebosa en personalidad en cada tema.

Año Santo expresa un sofocante acuerdo entre la melodía y el ruido. Llevado a una altísima expresión entre sensibilidad y crudeza, ya sea en la voz de Isabel o la de Rodrigo. Ambos personajes se refieren a temas cotidianos, con gran delicadeza al tratarlos de forma extraña e insolente. La base rítmica guitarreada, con acompañamientos de samplers y hasta con una Nintendo DS en vivo, conducen de forma magnífica los 28 minutos de excitante zumbido.

“Básicamente lo que hacemos es sablear las estructuras de Stereolab añadiéndoles un poco de sangre de mono”, detalla la banda sobre su propia música. Extraño y hermoso a la vez. De alma empírica y corazón, la excelente propuesta de Triángulo de Amor Bizarro no se sujeta a mayores discusiones o descripciones. Basta sólo poner el pie en el acelerador de distorsión y sumergirse en uno de los mejores discos del año.


http://www.myspace.com/trianguloamorbizarro

Rolando Inostroza

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Male Bonding: trío de cassette

La primera impresión que se tiene al escuchar a Male Bonding es que parecen sacados del garage de algún suburbio norteamericano, como rescatados de un episodio de la serie Pete & Pete (donde actuaba Iggy Pop, ese mismo, en Nickelodeon). Pero todo esto sólo "parece", es fantasía sonora (bienvenida sea), pues este trío viene desde Londres. Extraño, pero posible, sobretodo cuando residen en la casa insigne del rock alternativo de los 90’, el sello Sub Pop.

La fórmula es simple, básica y directa: guitarra, bajo y batería unidos para hacer pequeños himnos punk súper recordables. Sin mayores pretensiones, figuran en la línea actual de las bandas que retrotraen sin querer el sonido de hace poco menos de 20 años. Aunque sus influencias van mucho más atrás, con nombres como Buzzcocks, Wipers y The Beach Boys, se encuentra en la misma línea de Wavves o No Age, mezclando el ruido y el goce melódico, con cortes bien oreja.

Desde su inicios el 2008 ya han girado con Vivian Girls (con quienes comparten un tema acústico en su LP debut), además de haber tocado con Health, Fucked Up, The Soft Pack, Dum Dum Girls, Smith Westerns, Best Coast, Strange Boys, Metronomy y Crystal Castles. Un grueso de artistas que no figuraban hace 2 años, cuando sus shows iban acompañados de bandas lo-fi del vecindario y el escenario eran restoranes turcos.

A pesar de ser declarados punks adictos a la alta velocidad, sienten una extraña atracción por My Bloody Valentine y Ride, veta shoegaze que puede observarse en algunos quiebres de sus temas. Además afirman que sus canciones pop preferidas son las baladas. “Hay un hippie en mi que está peleando constantemente con mi punk interior” cuenta Kevin, bajista de la banda.

Su primer álbum Nothing Hurts huele a adolescencia y escuela, a la vieja. Tiene guitarras riffeadas sucias, armoniosas que sudan noise pop veloz, corriendo a una agilidad de 2 minutos promedio por canción. No existen mayores virtuosismos, pero la solidez que impregnan Kevin, Robin y John hace que los 13 trozos del debut se deslicen como seda por la cabeza. El aparente sonido descuidado tiene su culpa en la experiencia de haber autoeditado trabajos en formato vinilo y cassette. Un detalle no menor, pues parte de esto se llevó al disco.

http://www.myspace.com/malebonding

Rolando Inostroza